sábado, mayo 5

Tacones cercanos...

Cuentan que el hada tejía palabras de la nada al río ensimismado que la oía enamorado. Pero el príncipe fatal de despedidas cabalgaba, apuesto y opuesto, lejano de su alma y ensimismado. Tal vez un recuerdo encarcelado perseguía, las manos ocultas de nervios y de prisas, una esquina indemne de palabras al viento, un lamento triste después de tu partida, un pañuelo de recuerdos plenos y un boleto roto de lágrimas vertidas... Difícil el ensueño pobló su vigilia, la última ceniza acabó de despertarlo, miró aquel retrato como en una cornisa y supo que moriría si al despertar, no estaban los cabellos en la almohada repetida, temió por su vida si aquel sueño ingrato le decía que no la vería esta mañana y que no la besaría nunca más en ésta ni en otras vidas... Y el príncipe dijo: “Morirás en mis brazos para renacer en mi piel, volverás en el clavel de la sonrisa amante y despertarás a mi lado de deseos distante, cada vez que te acune con mis versos de miel. No pretendas mis sueños si despierto impreciso, si lo que tu boca hizo no te lo perdonaré más, no esperes que detrás de mis pasos, renazca el fénix de un abrazo que no te daré jamás.” Y el hada dijo: “Febril la noche acompasa mi vigilia, remedo con dudas la impaciencia de tenerte, sabré por fin al verte si tu quiero todavía? O tal vez la porfía de un amor partido me condene al olvido y los sinsabores? De querer tenerte conmigo y pretender vivir sin ti, o entre dos amores...” Después anduvieron la vida como una enorme sábana, con las manos ancladas detrás de algún adiós, tuvieron la voz angustiada de despedidas, tuvieron la vida subida a la garganta y la luz que espanta las horas vividas... Les hablaron entonces sus ojos al cómplice calor de un sueño ansiado, Les hablaron sus manos desde el propio costado donde la piel se renueva, le habló la primavera agazapada en las pupilas, con la clandestina apariencia de rostros humanos, y en el día les hablaran los ojos pero a la noche les hablaron las manos... ¿ Volverá a la vida la presencia perdida de besos y de encuentros, volverá ese tiempo de sonrisas escondidas y de cómplices miradas, o vendrá la distancia como un río desbordando sus cauces y tragará en sus fauces tu remordimiento... y mis huérfanas lágrimas...?

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