viernes, junio 9
Saldré de mí ahora mismo...
Saldré de mi ahora mismo,
cruzare el abismo tortuoso de mi limitado lecho,
para depositar en tu pecho
mis endechas hechas del amor, impreciso y errante,
con la constante preocupación de la desazón infante
que me otorga esta pasión
y el derecho de ser: tu amante.
En los viejos papeles buscaré aquellos sueños
que creí perdidos para siempre,
cuando la temprana rosa estampaba la vigilia adolescente
de impenitentes sueños y éramos los felices dueños
del mundo y del amor, entre otras cosas...
Leeremos entonces, los dispersos recuerdos de nombres inconclusos
e inconfesos, los mismos besos robados en siestas de santas calmas,
el alma irremediablemente suelta y alerta de otros pasos,
los furtivos abrazos y los esquivos ojos con antojos
de lo presagiado, de lo que vendrá, mágico e incierto,
oculto en tus pechos y severamente condenado
a nacer desde mi lecho: arrebol enamorado.
sábado, junio 3
DESPEDIDA
No podrán con mis recuerdos los fantasmas de tus cosas idas,
saltarás por sobre los muros de las tristezas embebidas
de antiguos llantos que te hacen tanto mal,
y quedarán detrás de la sal de futuras despedidas.
Pero, amiga mía, luego de estos versos
tu mañana es distinto: lo habitarán tus instintos
y toda tu alegría, en la loca porfía de este amor converso.
Extrañaré la ausencia de tus risas cómplices
aún sin verlas, imaginaré las perlas
de tu sonrisa compartida con tristezas, bajaré la cabeza
un momento y un mudo lamento me subirá de las venas...
cuando en mi última cena soplará tu brisa.
Extrañaremos siempre el abrazo bebido y
debido de otros tiempos, otras noches y otros días,
viviremos los recuerdos de pasadas alegrías
al compás eterno de una eterna despedida,
acompasando las manos y las lágrimas
dispuestas al irreconocible olvido
que me sorprende con el humo indescriptible de estar vivo
extrañando la suave duna de tu piel dormida.
Eres en mi día la noche de ausencias,
eres la presencia de la inmensa vastedad
intensa que alimenta mi fantasía, eres la porfía de pretender quererte
aún en la inconsciencia de sin tenerte
o tal vez de pretenderte mejorando soñarte y amarte,
con la leve incandescencia de tu mirada
que sienten los antojos esclavos de esta ventana al dejarte...
Quizás la alta noche con sus ruegos y su espanto,
borre mi canto trocándolos en lágrimas, como la pálida
caricia que me intento al saber que invento
por momentos la esperanza en tus cerrojos
soñando despertar a tu lado una mañana
mirándome en tus ojos...
Entonces extrañaremos principalmente aquello
que no hemos vivido, rescataremos al futuro de futuros olvidos
una mano tendida y una despedida asida
de lágrimas no vertidas, una combinación exacta de recuerdos y de olvidos
porque fuimos tal vez las islas de un mar desconocido,
fuimos el olvido de un sueño impertinente, fuimos la simiente
de lo que aún no ha sido pero sobre todas las cosas:
fuimos para ser y seremos para siempre
los sentidos intactos del beso por doquier.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)