jueves, octubre 7

Extraño

Extraño. el hecho de sentirme extraño, a través de estos años de no haberte sentido. De habernos conocido, tanto... y tan poco. Extraño el loco revolotear de mi teclado cuando asomas, como paloma pasando lejana a cualquier mañana lejana que me aleja de tus hombros. Y pienso en el asombro de intentar mirarte, en el sueño distante de tu boca perfecta, en mis palabras que imitan poetas, en todas las cosas que noches embriagadas de confidencias nos hablamos. Vos tan lejos del cielo de mis cosas, yo tan cerca del infierno por no verte, por saberte tal vez, en otros brazos, acaso así será mejor. Duele el amor cuando estás lejos, intentaré algo más dificil que el olvido, intentaré el reflejo de tus hombros mirando sobre los míos, llenos de paciencia. Quizás no pueda y entonces, me podrán los bronces de palabras fatales y esconderé esos males imaginando tu presencia. Abril está cada vez mas lejos: debo resignarme a la memoria: mi mente lo obliga y mi corazón se niega... paciencia...

viernes, septiembre 10

Abril y todavia...

Abrilito davia naufragando las costas de tus hombros permanezco en el asombro de las noches lejanas, soñando en tu ventana. Inmune a la porfía de resignar un beso...en el exceso de mirarte quedandome callado, sólo por el hecho de sentirme a tu lado, de atravesar tu cuarto en imágenes paganas, de sentarme en tu ventana a cuidar tu sueño pretendiendo ser el dueño de tu piel callada, oyendote respirar en cada madrugada intuyendo tus miedos y calmando tus ansias: sólo con palabras. Abril y todavia, nosotros tan lejanos, esperando ese barco repleto de besos, amarrados al exceso de soñar despiertos, y aun despues de muerto, soñaré con tus hombros, salvajes, inocentes y en ellos, simplemente, me quedaré despierto hasta saber donde estaremos: si contigo en aquel cielo... o sólo...en este infierno.

viernes, abril 23

Dream is over

La nunca bienvenida despedida, la más temida, la de alejarme de tus hombros, la del asombro presentido y contenido en noches desveladas esperando el momento, arañando el intento de retenerte y mintiendo... siempre mintiendo, a poco sabiendo, que esto llegaría. Esquivando a la porfía de la pequeña voz que me decía: no volverás a verla...solo que no insistas. Y siempre el miedo. Acechando en cada tecla sangrando de recuerdos (una mañana luminosa) (una tarde de ensayos), (una noche imborrable)... tan distante como amable, pero en otra cosa. Y yo. Callado. Esperando el indomable encuentro. Convirtiendo el centro de la espera en gajos de ilusion intentando armarme el mundo de tus hombros. Que penosa imagen. Me quedo una y mil veces con las secretas charlas, de largas confesiones, de desuniones y distancias, sepultando las ansias de nunca mas mirarte, embobado. en aquella pantalla feliz de reflejarte y adivinar siquiera, que no poder tocarte suple al olvido, aunque, como al descuido. alguna vez intente abrazarte.