lunes, febrero 18

Lejanías

Será invisible la sonrisa tenue, será indeleble mi piel a tu caricia, será la delicia de mis ojos verte doblar benditamente aquella esquina, borrando los enojos de la entrevista partida, dejando solamente los despojos de un inútil alejarse para volver a darse, enteramente, con el sueño impenitente de un horizonte nuevo y a mi antojo. Entonces serán mis sueños la ofrenda prometida y seremos felices dueños de nuestra piel encendida al alboroto del alba perdiendo enteramente la calma y las promesas hechas en endechas arrepentidas, escribirán en el papel del alma nuevas palabras de amor en nuevas tintas, para decirnos, esta vez sin las distancias, que tu desnudez y nuestra sábana han ganado la partida. Desatentos de amor estaremos un día, vendrá la desconfianza sembrando sus dudas, sentiré la dulzura de tu abrazo lejano y diré al arcano que son amarguras.. Mujer: nunca esperes a mis sueños, que desatentos se inspiran dueños de otra cintura, más vale la solitaria altura que anidará en el silencio de ese momento, cubriendo la espesura de fatales tormentos, que son la deuda impagable: que debemos al silencio y a todas nuestras dudas.. Desatenta de amor la felicidad es solo un viento, un viento errante que me besa y huye, la felicidad me intuye en esa esquina y dobla! la felicidad son las horas que estuvimos juntos, la felicidad es un asunto que ocupa nuestras horas, la felicidad eres tu cuando me añoras, la felicidad soy yo: cuando te pienso...a solas en mi mundo. No cambiaré el camino de mis ojos por más que lo pidan tus lagrimas saladas, antes la nada de no tenerte que pretenderte lejana y fría, sobradas muestras de dolor ha dejado en mí la porfía de esta cicatriz punzante de eternas despedidas... como para pretender cabalgar la húmeda geografía de besarnos impasibles... como si el mundo no existiera y el imposible de la vida alcanzara son solo abrazarnos, haremos un maldito paraíso del bendito infierno de tocarnos, y resucitaremos el sueño de pieles nocturnas con solo soñarnos...inocentes y lánguidos. Vendrás con esta lluvia y otras más, estarás en mi mente de recuerdos ausentes, anhelando la paz de tu cintura, con la segura bienvenida del agua que no cesa y rondaras mi cabeza, como entonces, en el bronce eterno de mis manos que extrañan tu belleza... Irónicas voces me dicen que te deje, que me aleje ahora de la hora de tus besos pero preso sigo de tu recuerdo incierto y pretendido de que vuelvas, pero en esta selva me siento libre y cautivo, por eso sigo, detrás de los barrotes de pretender tu presencia. Tarde o temprano, alborotarás mis ojos con la luz de tu ausencia, desbaratarás de ciencia mis antojos de tristeza y en la noche que empieza, pondrás telón de besos al embeleso mágico de mirarte cuando duermas...