miércoles, septiembre 2
Amor de teclado
Te siento acechando en la sombra
con tu costumbre que me asombra,
y me veo desamparado, de tu voz,
de tu llamado, de ese atroz
naufragio de la fiebre de saber que estás:
mirándome y no me nombras.
Apuremos el vaso del cáliz derramado
de despedirnos y seremos cansados
amantes de un amor inexistente,
despidamos para siempre
esta sonrisa con velos, dejemos los celos
de saber a quien le debemos algo...
En el ego de intentar besarnos
aún a la distancia, la libertad son las ansias
del teclado que nos mantiene lejanos,
nosotros: en un costado, llorando sin lágrimas
esta vulgar manía imperfecta de abrazarnos,
mírame:
ahora que el cyber esta lleno y nadie se fija
en lo que alrededor pasa y la pasión es simplemente...
este beso abandonado...