miércoles, junio 10

La sentida ausencia

Fuiste la mirada calma, el volcán callado que presumía el enojo, el antojo de de un mundo soñado en las largas charlas de histórica justicia, con la férrea avaricia de guardar con vos aquellos ideales que compartimos de a dos, entre mates largos y fuegos sagrados. Fuiste un hombre extraño (y quedamos pocos) de aquellos soñadores, que se vuelven locos con sagradas utopías, cuya única Biblia fue la voz de la calle, con un traje al talle que hablaba de hambre, de pobres, de villas. Fuiste un buen amigo para los que sufren, y un mejor enemigo para los envilecidos, para los canallas, para la oscura laya de uniformes y gritos, a ellos, desde el infinito los perseguirá soñada panacea: la quimera de Atilio, en donde no haya pobres, donde a todos nos sobre…comida e ideas...