martes, octubre 3

CIERRO MIS OJOS

Miro impotente el reloj aturdido de mis ojos, impaciente de enojos deshago la esquina con pasos vacilantes, la espera me obnubila hasta el instante en que tú llegas, despacio, pisando la tierra que se te ofrece sumisa y la cornisa de mis rodillas tiembla y vacila: hasta que corro a tu encuentro, como un niño que ha encontrado su juguete, con la arrogancia de la vida que ha vencido a la muerte... con la risa de tu risa que se parece a la mía. Solamente un beso espero de tu boca, pero con las ansias locas de palpitar tu regreso, tendrá que ser ese beso inmenso como tu alma, que me devuelva la calma inaudita de tu partida reciente. Me lo darás en la frente? Me lo darás en la boca? O se lo darás al aire que en mi corazón provoca, un remolino tierno cuando pasas y me rozas...? Tal vez tu recuerdo ensimismado me persiga, las manos ocultas de nervios y prisas, una esquina indemne de palabras al viento, quizá un lamento triste después de tu partida, un pañuelo de recuerdos pleno y un boleto roto de lágrimas vertidas... Llevarás tú misma el estigma eterno del infierno ocurrente por haberme olvidado, yo mientras tanto seré condescendiente al recuerdo indemne de haberte besado y construiré mi vida a partir de tu olvido, con el simple tañido de la campana de tus pechos, que han obrado indecisos el milagro de dejarme maltrecho, no por tu olvido, sino porque cada noche me despierto más tonto, más enamorado y menos atrevido. El Hurón

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Construiremos una nueva vida después del olvido?
¡Ay amigo! Qué herida mortal es el amor...
Felicitaciones por esta poesía, realmente, hermosa.

Anónimo dijo...

Me olvidé firmar el anterior, soy Gra, de Vida Reflexion.

Anónimo dijo...

Estimado Oscar
Felicitaciones por tan bellos escritos que llegan al alma.
Sigue siempre así.
Tu corazón esta lleno de alegrías para seguir escribiendo.
Cariños Grandes
Ana María