No tengas miedo, cachorro americano:
un león ha
muerto. Pero quedan otros
en el incierto páramo donde habitamos.
La selva
del Norte es calculadora y fría,
pero nosotros tenemos la astucia
y
valentía, de saber defendernos,
de descender con nuestros ángeles
al
mismísimo infierno y hacer tronar
el escarmiento. Y castigar la
cobardía.
Lloraremos desde el fondo de los tiempos
la ausencia de los
grandes, no con solemnes estatuas,
no con fatuas honras que no llevan
pan
al pueblo, sino con la lucha y la palabra,
con el històrico ejemplo
que persiguieron
ellos, liberando al intelecto de la masa,
para que cada
cachorro americano
viva para siempre en su bandera
para que siga siendo
primavera
en la tumba de los héroes que no pasan.
Eso si, cachorro
americano:
aprende a buscar en la manada
los olores que coinciden y te
marcan,
no vaya a ser que te confunda una corona,
o la mentira que al
águila desmorona
te lleve equivocado a otro sendero,
aprende del cachorro
verdadero
que cuando muere el león:
sigue a la leona...
viernes, marzo 8
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