He cometido la desazon de amarte lejanamente,
aunque ya no te sonrojas, ahora solo se enojan
tus hombros al leerme, y quedo en la inerme
vaguedad de tus palabras, esperando que abras esa puerta
que permanece cerrada, esperando por las hadas
de tu piel, que borren la hiel de la herida salada
y que intentes comprenderme.
Temo perderte. Y aun así insisto y me resisto
con lo que mis labios pronuncian las contadas veces
en que puedo verte.
No sabes, acaso, que aprendí a quererte?
Que ni importa lo lejos de tus hombros?
(los desnudo sin que sepas y acaricio mi suerte)
Que ni importa que no me quieras tanto?
(conozco el desencanto de amar desde lejos)
Que ni importa que casi no nos veamos?
(grabé en mi retina cada ir de tus caderas)
Que ni importa que no creas en quimeras?
(son cada sueño que vive en tus espejos)
Será este Abril tan lejano que casi lo presiento,
y me miento tomado de tu mano, desafiando al arcano
y apretando los labios, me sueño de repente,
perdonado y cercano, aunque tal vez los años,
nos conviertan en extraños, nunca mas los dueños
de este amor lejano, que me torna inconsistente
y descubra, de repente, que el sueño ha terminado
y el camino de tu mano, torna en precipicio
donde queden los resquicios de este anciano equivocado...
lunes, enero 19
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